Hacía mucho tiempo que no me topaba con una novela de estas características, una novela de las de siempre, llena de giros, de enredos, con una protagonista total dentro de una revolución de hechos, de cambios drásticos, de inesperados giros argumentales. Contada de una manera magnífica, haciendo que el lector se enganche y lea hasta en la bañera!! Sin vueltas que te hacen perderte, contando prácticamente una vida entera.
Una novela de amor y espionaje en el exotismo colonial de África.
De lectura fácil y amena. Bien ambientada en la época, con descripciones que te hacen imaginar perfectamente los lugares pero sin llegar a los excesos abusivos de otros autores, en ningún momento hace perder el hilo de la historia . Buen debut de su autora en el género de la novela. Posiblemente se pueda considerar una obra de y para mujeres.
La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses convulsos previos al alzamiento arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante en la que todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso la traición y el abandono de la persona en quien ha depositado toda su confianza. El tiempo entre costuras es una aventura apasionante en la que los talleres de alta costura, el glamur de los grandes hoteles, las conspiraciones políticas y las oscuras misiones de los servicios secretos se funden con la lealtad hacia aquellos a quienes queremos y con el poder irrefrenable del amor.
Una novela femenina que tiene todos los ingredientes del género: el crecimiento personal de una mujer, una historia de amor que recuerda a Casablanca… Nos acerca a la época colonial española. Varios críticos literarios han destacado el hecho de que mientras en Francia o en Gran Bretaña existía una gran tradición de literatura colonial (Malraux, Foster, Kipling...), en España apenas se ha sacado provecho de la aventura africana. Un homenaje a los hombres y mujeres que vivieron allí. Además la autora nos aproxima a un personaje real desconocido para el gran público: Juan Luis Beigbeder, el primer ministro de Exteriores del gobierno de Franco.
De lectura fácil y amena. Bien ambientada en la época, con descripciones que te hacen imaginar perfectamente los lugares pero sin llegar a los excesos abusivos de otros autores, en ningún momento hace perder el hilo de la historia . Buen debut de su autora en el género de la novela. Posiblemente se pueda considerar una obra de y para mujeres.
La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses convulsos previos al alzamiento arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante en la que todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso la traición y el abandono de la persona en quien ha depositado toda su confianza. El tiempo entre costuras es una aventura apasionante en la que los talleres de alta costura, el glamur de los grandes hoteles, las conspiraciones políticas y las oscuras misiones de los servicios secretos se funden con la lealtad hacia aquellos a quienes queremos y con el poder irrefrenable del amor.
Una novela femenina que tiene todos los ingredientes del género: el crecimiento personal de una mujer, una historia de amor que recuerda a Casablanca… Nos acerca a la época colonial española. Varios críticos literarios han destacado el hecho de que mientras en Francia o en Gran Bretaña existía una gran tradición de literatura colonial (Malraux, Foster, Kipling...), en España apenas se ha sacado provecho de la aventura africana. Un homenaje a los hombres y mujeres que vivieron allí. Además la autora nos aproxima a un personaje real desconocido para el gran público: Juan Luis Beigbeder, el primer ministro de Exteriores del gobierno de Franco.
Que bonita esta novela!, me cautivo desde el principio. Como me gusta tanto la novela histórica, me gusto saber que algunos de sus personajes eran reales. Como la extraordinaria Rosalinda Fox una mujer muy adelantada a su época que murió no hace mucho en su casa de Sotogrande (Cádiz) y hasta el fin de sus días con la vista puesta ( con el Estrecho de Gibraltar de por medio ) hacia Marruecos, imagino que con la morriña en sus días de juventud y amigos que no volvería a ver. Esta entre mis preferidas, hay que leerla. Me enorgullece saber que existían mujeres así de valientes en tiempos tan difíciles y donde se respiraba tanto miedo entre la población. Me recordó mucho a otra gran novela Dime Quien Soy.
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